Hay veces que un completo extraño te puede hacer sentir mejor que personas que conoces hace años. Ayer conocí a un chico que me hizo ver mi vida de otra manera y me dio mucho para pensar y meditar de cómo estoy viviendo mi vida y además me hizo revivir emociones que creí guardadas y sepultadas.
Hoy por hoy mi vida se resume a un círculo vicioso de mi trabajo y colegas y nada más. No me malinterpreten amo mi trabajo y a mis colegas pero llega un punto en el que ya basta. Se que llevo algunos meses en este país y mi círculo cercano aún lo componen amigos de trabajo pero hoy, luego de conocerte, me di cuenta que yo mismo me he cerrado a experimentar la vida en si. Una muy buena amiga me dijo “Te permites solo las cosas que puedes controlar”. Fuertes palabras pero ciertas. He llegado a punto que solo puedo estar en situaciones y con personas que puedo controlar o que son de mi confort. Este ritmo de vida laboral me ha quitado mis ganas de querer experimentar mi vida y no digo que solo haya sido mi trabajo también ha sido el camino más fácil: encerrarme para que nadie entre en mi vida.
Se que hay mucho que evaluar a la hora de querer tomar otro enfoque en nuestras vidas pero hay que dar un paso para ello y yo hoy lo estoy dando. Nunca es tarde para darse cuenta que estás ensimismado en una rutina que no te deja avanzar y que te tiene atrapado sin siquiera tu darte cuenta y que lentamente te absorbe en un abismo del cual puede costar salir. Te aconsejo hagas como yo, toma la iniciativa de salir, experimentar, arriesgarte a situaciones y personas desconocidas que te pueden entregar más que lo que actualmente tienes en tu vida
Historias cotidianas 